sábado, 19 de noviembre de 2011

La colimba bajo la lupa


Batallón olvidado
Por Diego Braude

“Para que a los dos años, al salir del ejército vayan a sus hogares y sean un poderoso elemento de moralización pública”, eran algunas de las palabras con las que en 1901 el ministro de Guerra Pablo Ricchieri defendía la creación de la conscripción. “¿No han de poder decirme que ese ejército sería un peligro para las instituciones y el país? Los ciudadanos enrolados se verían obligados a obedecer ciegamente a sus jefes y oficiales sin el menor derecho a discutir sus órdenes”, se oponía por su parte el diputado correntino Juan Balestra; el proyecto sería aprobado el 7 de diciembre de ese mismo 1901. Así comienza SMO, El batallón olvidado, documental de Marcelo Goyeneche que se exhibe todos los jueves de noviembre en el Centro Cultural de la Cooperación (Avda. Corrientes 1543).

SMO (por el llamado Servicio Militar Obligatorio) se originó por el interés de Goyeneche de investigar la utilización de conscriptos durante el Operativo Independencia en la provincia de Tucumán, la prueba piloto que realizaron las Fuerzas Armadas en 1975 y que luego implementarían en todo el país de manera sistemática desde 1976 a 1983. Sin embargo, esa narración se fue complejizando: “El primer gran problema que se me plantea cuando encuentro a los colimbas es que, a medida que los voy conociendo y escuchando, la mayoría tiene un discurso muy reaccionario, tanto que reivindican la dictadura, la tortura, terminan reivindicando el genocidio. Esa fue la primera barrera que yo encontré para seguir adelante, porque tenía que luchar contra mis propios prejuicios a la hora de entrevistar a un tipo que me contaba todas esas cosas. Me pareció que tenía que ir a fondo para investigar los porqués de este pensamiento”.

Goyeneche recorrió los caminos del noroeste argentino durante tres años, a veces en soledad y yéndose hasta parajes remotos dentro de las provincias para poder acceder a testimonios como el de Domingo Jerez, el que “vio a Bussi torturar, vio a Bussi matar. Me contó todo lo que le sucedió durante la conscripción y meses después se animó y fue y declaró en el juicio contra Bussi por el juicio de la ex Jefatura de la Policía (que tuvo su veredicto en 2010, del cual el ex represor pudo zafar argumentando problemas de salud)”. Otros ex conscriptos de la misma época consideran, en cambio, haber participado en un “hito histórico”, e incluso buscan una reivindicación económica y moral por haber participado de una “guerra”.

Construyen SMO material de archivo, entrevistas y hasta la presencia de una instancia estilizada (Guillermo Saccomano lee en off fragmentos de su texto Bajo Bandera mientras secuencias animadas ilustran las palabras del colimba narrado en primera persona). Es que Goyeneche entiende que no se puede ser lineal en la investigación, que “para poder terminar de entender algunos procesos históricos tenemos que sacarnos los prejuicios. Si estos tipos piensan que los milicos fueron maravillosos, que lucharon contra el enemigo apátrida, y que hoy con 50 y pico de años siguen pensando lo mismo que pensaban a los 18, hay un planteo que nos tenemos que hacer como sociedad”.

Fuente: Pagina/12

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